Encantado de Conocerte

"!Encantado de conocerte!" "!A ver si quedamos un día!" "Esta es tu casa" "Aquí me tienes para lo que necesites". Mentira, mentira y mentira. El ser humano es harto complicado, eso ya lo sabemos, pero a veces, más que complicado parece imbécil.

Cualquier persona, cualquiera, es capaz de mentir sólo por pura cordialidad, por quedar bien. Miente y queda bien, esa es la fórmula que tenemos en la cabeza y que utilizamos de forma automática. Pero lo más increíble es la reacción del afectado; prefiere escuchar una mentira aún sabiendo que se la están metiendo doblada, antes que escuchar la verdad. Y lo peor no es eso; lo peor es que en el improbable caso de que escuche la verdad, le sienta mal. Ejemplifico. Te encuentras a un conocido por la calle. Éste, creyendo que te interesa, te cuenta que su perro "Puchi" se ha muerto de estrés postvacacional, y te martiriza con todas y cada una de las batallitas que pasaron juntos. Después de cuarenta y siete minutos de insoportable monólogo y cuando estáis a punto de despediros, ¿qué es lo que le sueltas? Apuesto a que una de las posibles frases que saldrá de tu boca será "Lo siento mucho" o "Qué pena" o incluso "Si necesitas algo, aquí me tienes".

Seamos realistas, a ti te importa un pepino, pero a pesar de eso haces como que te interesas, le ofreces ayuda, etcétera, a pesar de que la persona a la que se la estás ofreciendo sabe perfectamente que "es una forma de hablar". Pero mucho ojo, no se te ocurra decir "mira, no me interesa tu historia" o "déjame en paz, pesado", no se te ocurra decir la verdad, lo que piensas, lo que sientes, lo que él sabe que estás deseando decirle. Si fueras capaz de hacerlo, ¿qué pasaría? pues que esa persona te echaría la cruz, sólo por decirle lo que él ya sabía. Es curiosa la forma que tenemos de autoengañarnos.

Escuché hace no mucho en la radio un caso de una chica que hizo varios amigos estando de vacaciones en el extranjero. El caso es que esta chica, antes de irse, les dijo a algunos de ellos: "si venís a España, podéis quedaros en mi casa". El resultado, ya lo imaginaréis. ¿No habría sido más fácil decirles "Adiós"?

No quiero decir con esto que las personas no nos interesemos por las desgracias ajenas, que no queramos ofrecer ayuda a quién la necesite, pero es cierto que tenemos una forma de ver las cosas un tanto peculiar. Con tal de cumplir, somos capaces de mentir, sabiendo que la persona a la que le mentimos lo sabe. Pero parece que todo queda bien porque se cumple una fórmula que hemos mamado desde pequeños, que hay que ser educado, que debemos ayudar a la gente, que no está bien ser borde y un largo etcétera. ¿Cómo es posible que a alguien que ves por primera vez en tu vida puedas decirle "encantado de conocerte"? No estás encantado, ni nada; es simplemente una cortesía, una forma de hablar, una forma de demostrar que eres educado; pero digo yo, ¿no sería más educado decir la verdad? No digo que le vayas a decir "no estoy encantado de conocerte", porque entre otras cosas es posible que eso tampoco sea verdad, pero ¿qué tal un "hola"?

Como siempre digo, o casi siempre, es curioso que esté defendiendo una forma de ser que ni yo mismo utilizo. Supongo que será otra de esas cosas que hacen al ser humano más imbécil que complicado.

Ya para terminar, he de decir que en este post no he mencionado a cierto personajillo que un amigo mío dice que siempre menciono. Ya ves, querido amigo, anteriormente sólo lo hice porque se dieron las circunstancias. Así que sólo me queda deciros a DIOS.

Este artículo va dedicado a Temis, y en especial a Jessi, las chicas que más me animan a escribir.