Amigos Geográficos

No hace mucho me decidí a escribir acerca de ser feliz, o más bien de lo imposible que es esto de una manera absoluta. El tema que trato a continuación sigue esa estela, aunque de una manera mucho más concreta. Me gustaría analizar hoy las relaciones que tenemos con esas personas que consideramos importantes: nuestros padres, amigos, parejas, etcétera; y preguntarme hasta qué punto estamos satisfechos con ellos. Quiero adentrarme en un mar lleno de dudas, y plantearme si las buenas personas con las que comparto mi vida son las mejores que puedo llegar a conocer, o si por el contrario me estoy conformando con ellas por el simple hecho de vivir en el mismo barrio de la misma ciudad; lo que me llevaría a pensar que son sólo eso, buenas personas.

En nuestra vida cotidiana estamos acostumbrados a pronunciar frases del tipo "eres el mejor amigo que se puede tener" o "tengo la mejor madre del mundo". Bajo mi punto de vista y como cumplido o piropo, dichas expresiones son una buena manera de agradar a alguien, pero seamos sinceros y preguntémonos, ¿qué posibilidades hay de que tu propia madre sea la mejor madre que puedes tener? ¿Acaso conoces a todas las madres del mundo? ¿Quién te dice a ti que tu madre perfecta no vive al sur de Camboya? Y cuando digo madre quiero decir amigo, hermano, pareja o mascota.

Es muy probable que un hijo tenga en alta estima a sus padres y amigos, es lógico, tus padres te llevan lavando el cerebro desde el día en que naciste y a tus amigos los eliges tú teniendo en cuenta un montón de requisitos, pero de ahí a decir que el uno o el otro son "el mejor que se puede tener", hay un gran trecho, al menos desde mi punto de vista.

¿Quién no ha pensado alguna vez que su pareja actual es su alma gemela? Yo no sé que entendéis vosotros por alma gemela, pero yo creo que esa persona debe ser compatible (que no igual) contigo en un 100%. Siempre he sido reacio a pensar que la perfección existe excepto en Dios, y esto no es otra cosa que eso, una relación perfecta, pero dejando a un lado la posibilidad de que pueda pasar, preguntémonos ¿qué posibilidades hay de que la persona con la que eres compatible al máximo y sin margen de error viva en tu mismo barrio? Y si alguien piensa y dice: "esque yo viajo mucho" le plantearé la pregunta de otra forma ¿qué posibilidades tienes de conocer a la persona con la que eres más compatible en el mundo? Es más, es (como diría un amigo mío) infinitamente improbable que llegues a cruzarte con ella alguna vez en tu vida, así que imagínate llegar a conocerla.

Hace tiempo estudié en clase de psicología que una persona puede llegar a conocer de una manera más o menos profunda a una media de trescientas personas al mismo tiempo, y que si conoces gente nueva hay otra que sale de ese círculo de conocidos. Bien, pongamos que a lo largo de tu vida llegues a conocer a dos millones de personas, cosa que dudo, como diría un amigo mío, infinitamente y de manera exponencial; por lo tanto, ¿sigues pensando que conocerás a tus mejores amigos alguna vez? ¿o a tu pareja perfecta?

Lo que tampoco podemos hacer es engañarnos. Hay gente que dice "es que un matrimonio no es un matrimonio si no hay peleas o discusiones" o "es normal, todos los matrimonios discuten". ¿Es que estamos todos locos? Tratamos de excusar nuestras peleas en nuestra imperfección. "Es bueno equivocarse para aprender de los errores" !Y un huevo de pato! es como decir que es bueno estar en paro para aprender a buscar trabajo. Lo bueno sería no equivocarnos nunca, no discutir con nuestros amigos, ni con nuestros familiares, ni con nuestras parejas, pero claro, nuestras almas gemelas estarán seguramente en alguna playa caribeña o en mitad de una guerra, en un país del que quizá nunca hayamos oído hablar. Por eso defiendo el hecho de que nos conformamos geográficamente hablando. Las frases correctas serían "eres el mejor amigo que he tenido nunca" o "Eres la persona a la que más he amado". Eso está bien, amar, querer, admirar, pero es muy dificil que dos personas compatibles en el grado más alto lleguen a encontrarse. Es posible que alguna vez haya podido pasar, pero nunca lo sabremos. Eso sí, que no nos vendan la burra, que no me digan que es mejor aprender que conocer. Nos conformamos, vale, pero yo quiero estar con mis amigos perfectos, y no engañarme teniendo que decir que discutir con ellos fortalece la relación.

Amigos, el mundo no es tan pañuelo como imaginamos.