Pornografía en Prime Time

Diez de la noche. Rambo mira por encima de unos arbustos, divisa a sus enemigos en la distancia, se levanta, saca una ametralladora, apunta, dispara y se carga a varias decenas de hombres, ya sea atravesándoles el pecho o reventándoles la cabeza cual melón; y por si no fuera suficiente, saca una granada, quita la anilla y la lanza para, por si acaso, eliminar cualquier retazo de vida por ahí escondido.

Una y media de la madrugada. Una mujer despampanante se encuentra medio desnuda en su casa viendo la televisión. Alguien llama a la puerta; ella se levanta y abre. Es un fornido fontanero que viene a arreglar las tuberías. Diez segundos más tarde, la chica está completemente desnuda haciendo una felación al fontanero. Durante los siguientes diez o quince minutos esta singular pareja tiene sexo salvaje, sin amor, incluso obsceno.

Bien, ¿qué dejaría usted ver antes a sus hijos?

No soy Dios, ni siquiera adivino o vidente, pero me juego el cuello a que por lo menos el 95% de vosotros os decantáis por la violencia sin escrúpulos. Yo también.

Las preguntas que nos tenemos que hacer son: ¿Por qué preferimos la vioencia gratuíta antes que el sexo sin amor? ¿Es mejor ver cómo una persona mata a otra antes que una relación sexual sólo por placer? ¿Es nocivo para las personas y en especial para los niños el visionado de estas escenas? Y si lo es ¿por qué ponen violencia a las diez y porno a las dos? ¿Hay alguna explicación de antaño que nos haga preferir la violencia al sexo?

Quizá éste es ya un tema más que manido, por lo menos yo recuerdo haberlo comentado en más de una ocasión con mi grupo de amigos, pero hoy intentaré llegar más allá, buscar razones de por qué pensamos así o "asá".

Personalmente conozco a más personas que tienen sexo por placer que a personas que matan, y creo que vosotros también. Es más ¿qué tiene de malo el sexo?. Una persona profundamente religiosa te diría que el sexo por placer es pecado porque estás matando a un futuro ser vivo, pero claro está que la gran mayoría de la sociedad me atrevería decir que mundial tiene sexo por el simple hecho de disfrutar, ya sea con su pareja a la que ama, con un conocido por pasar un buen rato o incluso con una persona a la que nunca ha visto por un momento de calentón. ¿Es eso malo? ¿disfrutar del sexo es malo? Pero ¿y matar? ¿Es eso malo? Pues parece que preferimos enseñar a nuestro hijos a matar antes que a disfrutar. Es tremendo.

Ahora mismo me siento un poco hipócrita porque como he escrito antes, soy de los que prefiere que sus (futuros) hijos vean Rambo, pero esto me lleva a cavilar. Si mi cabeza me dice que el sexo es bueno y la violencia es mala, ¿porque me ruborizo cuando hay una escena de sexo (y no me refiero a pornografica) en televisión y hay alguien a mi lado? Y ¿por qué digo "qué guapo" cuando el protagonista de una película de acción le pega una patada giratoria en la cara al malo? ¿Hay alguna razón para ello? Pues quizá sí.

El vivir en una sociedad Cristiana conlleva que nuestra socialización está enfocada hacia una visión tabú del sexo (más aún que la violencia según mi opinión). Parece que el sexo es algo malo, o indecente, o simplemente algo que sólo se hace en la intimidad y que no debemos airear. !Qué guarrada! Suelen decir los padres cuando ven algo subido de tono en televisión. ¿Es que ellos no lo han hecho? En cambio, cuando un hombre coge a otro de la cabeza y le parte el cuello se hace en el salón un silencio sepulcral, esperando ver que viene a continuación.

A pesar del título, no estoy de acuerdo con la pornografía en prime time, pero quizá tampoco debería estar en contra. Además, no soy de los que quitaría la violencia en televisión, por el simple hecho de que como ser adulto, sé distinguir entre realidad y ficción, e incluso en ciertas situaciones, la violencia en televisión puede hacerte reír, pero sólo la que está hecha con ese fin.

Quizá os estéis preguntando que si estoy en contra de todo lo que defiendo, ¿por qué narices escribo esto? pues mi respuesta es: Nuestro cada vez más pequeño cerebro está comido por la socialización, y no somos capaces de ver más allá de lo que nuestra sociedad nos impone.

¿Deben ver los niños violencia gratuíta en televisión? Mi parte social dice "sí", mi parte racional dice "no". ¿Y pornografía? Mi parte social dice "no", mi parte racional dice "¿por qué no? eso que llevan adelantado".

Felicidad. ¿Pero eso existe?

La otra noche estuve viendo una película tal y como a mi me gusta: Sólo en mi habitación, tumbado en la cama, con mis auriculares inalámbricos cubriendome las orejas por completo, con la luz apagada y tapadito hasta la barbilla. Éste es uno de los lujos que me permito casi cada noche, ya sea para disfrutar de una película o de una serie. Es mi vicio.

La película en cuestión se llama "La Vida de David Gale", y está prtagonizada por Kevin Spacey y Kate Winslet. No sé si os sonará pero por si acaso no os la destriparé. El caso es que ésta es una de esas películas en las que te fijas cuando las anuncian en la tele pero que luego no la vas a ver al cine porque piensas que es mejor verla en Dvd. Pues bien, después de varios años en Dvd me decidí a verla el pasado sábado, y a pesar de que me esperaba bastante más, el final me gustó mucho; y no sólo eso, sino que me dejó algo para pensar.

Primero os pongo en situación y ahora comentamos. El protagonista, David Gale, es un profesor de filosofía que se ve envuelto en un caso de violación y asesinato, y es condenado a pena de muerte. Una periodista, Kate Winslet, va a verle para escribir su historia antes de que lo ejecuten. David Gale le cuenta lo que pasó.

Bien, pues puestos ya en situación, vamos al grano. Al principio de la historia, Gale le cuenta a la periodista una de sus clases de filosofía, ya sabéis (por lo menos los que hayáis estudiado algo sobre este tema) que la filosofía es a veces, muchas veces, dificil de comprender, pero que por otro lado nos puede abrir los ojos a cosas que quizá teníamos ahí dentro, ocultas, esperando a que alguien nos las dijese para darnos cuenta de la evidencia. Pues bien, eso es lo que me pasó a mi el sábado. En dicha clase, el profesor suelta este, para mí, gran discurso:

"Las fantasías tienen que ser poco realistas, porque en el momento, en el instante en que consigues lo que buscabas, ya no lo quieres, no puedes quererlo. Para que el deseo pueda seguir existiendo necesita que sus objetos estén permanentemente ausentes. No es eso lo que deseas, sino la fantasía de eso, es decir que el deseo sustenta fantasías utópicas. A eso se refiere Pascal cuando dice que sólo somos verdaderamente felices cuando soñamos con la futura felicidad y también al decir que la cacería es más dulce que lo cazado o, ten cuidado con lo que deseas, no por conseguirlo, sino porque estás condenado a no quererlo en cuanto lo consigas; así que la lección de Lacan es que vivir acorde con tus deseos no te hará feliz; ser enteramente humano significa esforzarte por vivir de acuerdo con ideas e ideales y no evaluar tu vida por lo que hayas obtenido en cuanto a tus deseos, sino por aquellos breves momentos de integridad, compasión, racionalidad, incluso de abnegación; porque a la larga, la única manera de evaluar la relevancia de nuestra vida, es valorar la vida de otros".

Esto me lleva a las siguientes preguntas: ¿Existe la verdadera felicidad? ¿la felicidad absoluta? ¿cuando decimos que somos felices es porque nos conformamos con lo que tenemos? ¿se puede conseguir todo lo que se desea? ¿es posible que tengamos deseos que ni siquiera nosotros mismos conozcamos? ¿nos hace esto semi felices?

Yo, desde siempre, me he considerado una persona feliz. Aunque es cierto que nunca he dicho que me sienta completa y absolutamente dichoso. Quizá y casi siempre por cosas materiales. Cuando eres pequeño quieres una bici, y cuando la tienes quieres un balón, y a medida que vas creciendo tus deseos van siendo otros. Por una parte piensas "¿esto me hace más feliz?" quizá sí, porque en el momento en que lo tienes te ilusionas y aunque no te aporte la felicidad que te puede aportar una persona, te puede dar una pequeña alegría que al fin y al cabo se puede traducir como una gotita más de felicidad.

Las personas son otra cosa, porque ellas sí que te hacen verdaderamente felices o infelices. Pero digo yo, si una persona está completamente contenta con su familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo, etcétera, ¿no es posible que todo, o al menos algo de todo eso fuera superable? por no hablar ya de un mejor trabajo, un casa mejor situada o un simple vaso más reluciente en el que beber.

Desde mi punto de vista no existe la felicidad absoluta, quizá ni siquiera cercana, pero si que es cierto que una persona puede ser feliz, quizá porque se conforma, pero no cabe duda de que las partes más importantes de su vida están bien cubiertas.

¿Qué me pongo?

Hace unos días , me dirigía a una de mis clases mientras escuchaba en la radio "la ventana", un programa bastante bueno de la cadena ser que habla de temas de todo tipo, desde política, posiblemente el único tema que no me gusta escuchar, hasta historias de gente común. Bien, aquella tarde el tema que se analizaba era la vestimenta de la nueva ministra de defensa Carme Chacón en el día de la Pascua Militar. Decían que si era apropiada, que si no era apropiada, que si ella había pedido consejo a La Casa Real, que qué más da cómo vista si hace bien su trabajo y un largo etcétera.

Como siempre, había gente que hablaba a favor y en contra para crear, cómo no, esa atmósfera de debate que tanta vidilla le da a un programa de radio.

Yo, lejos de opinar acerca de este tema me gustaría hablaros de algo que tiene cierta relación con lo que estoy contando y que me hizo pensar.

De repente, en mitad de la tertulia, uno de los colaboradores dijo algo, que yo nunca me había planteado pero que hice en ese momento. Al dar su opinión acerca del tema, comenzó asegurando que "como ya se sabe, la forma de vestir de la gente concuerda con su estado de ánimo en ese momento".

La pregunta es: ¿Estamos de acuerdo? No sé si éste será un tema estudiado, si se ha comprobado que la gente se viste de tal o cuál forma dependiendo de cómo se encuentre en el instante en que lo hace, seguramente sí ya que hoy en día se estudia todo, pero como yo soy una persona de mente abierta, me gusta decir que seguramente hay gente que no se rige por las normas de su ánimo.

Yo, personalmente y como he escrito antes, es un tema que nunca me había planteado, pero ya que ha salido voy a opinar. Creo que, en cierta medida, sí que nos regimos por nuestro estado físico y mental a la hora de elegir nuestro atuendo. Personalmente, si no me apetece salir a ningún sitio o si tengo un mal día, cojo lo primero que pillo y salgo a la calle; por el contrario, si tienes un buen día o llevas esperando algún tiempo un día especial, cuando llega ese momento te acicalas con todo tu ímpetu para salir a la calle con una luz especial mientras piensas: "Todo el mundo me va mirando, claro, como voy tan guapo".

En fin, está claro que un buen estado de ánimo es algo especial, es como un chute de adrenalina que nos invade de vez en cuando y que coarta nuestra forma de hacer las cosas, pero ¿es capaz de decirnos cómo vestir? A pensar se ha dicho

En el Autobús

Me gustaría inaugurar este blog escribiendo acerca del comportamiento de ciertas personas que como mínimo me parece curioso. Es algo que llevo percibiendo desde hace ya algún tiempo, pero que nunca me ha dado por comentar; pero vamos por partes.

Yo terminé hace ya algunos años mi carrera de magisterio por la especialidad de inglés. Desde entonces me dedico a impartir clases particulares a domicilio de una forma un tanto... digamos informal, ya me entendéis, para sacarme unas pelillas para mis gastos. La cosa comienza por darle clase a tu primo o a tu cuñado y así, casi sin querer, te van saliendo nuevos alumnos. Los que hayáis estudiado magisterio seguro que me entenderéis.

El caso es que actualmente estoy obligado a coger el autobús una vez por semana para desplazarme a una de mis clases ya que mis alumnos viven en un pueblo, cercano, pero un pueblo al fin y al cabo.

En una de esas ocasiones me di cuenta de algo, la gente suele ir sola en autobús, pero además se sienta sola. Un autobús, por lo menos aquí en Granada, suele estar dividido en dos zonas separadas por el pasillo central, una compuesta por una fila de asientos individuales, y otra fila de asientos dobles. Bien, pues el comportamiento de una persona que entra sola en el autobús es el siguiente: Entra, divisa la fila de los asientos individuales y si hay alguno libre se sienta. Hasta ahí todo normal e incluso comprensible; pero si no es así mira hacia la otra fila y busca un asiento libre con el de al lado también vacío.

Pues bien, mi pregunta es: ¿Por qué? ¿Es que acaso somos desconfiados? ¿nos da vergüenza sentarnos al lado de alguien que no conocemos? ¿Nos gusta la soledad? ¿Preferimos estar solos para que no nos estorbe nadie cuando queramos salir? ¿Es casualidad? ¿Es instintivo?

A mi personalmente me cuesta creer que sea casualidad, entre otras cosas porque no sólo me ha pasado una vez, pero tampoco creo que desconfiemos de los demás porque si no queda más que un asiento libre y éste está al lado de una persona, la gente se da bofetadas por pillarlo.

¿Mi teoría? La verdad es que no sé si la tengo. Quizá, si me tuviera que inclinar por algo sería por la teoría de la vergüeza, que más que vergüenza es "cosa", es no querer que nadie se siente a tu lado por si acaso se rozan vuestras rodillas. La verdad, todo esto me parece un comportamiento un tanto absurdo, que no hace más que quitarle posibilidades a gente que sí que viene acompañada. Es curioso que esto salga de mi "boca" cuando yo me incluyo dentro del grupo de los "solitarios", pero en fin, ya se sabe que el comportamiento humano es cuanto menos laborioso de comprender.

Ya para terminar, me gustaría decir que como todo en la vida, y cuando digo todo, me refiero a todo, hay excepciones. Estoy seguro de que hay gente a la que no le importa sentarse al lado de otra persona, aunque no la conozca; aunque también es cierto que habrá gente que elija al lado de quién sentarse, pero eso ya es otro tema.

Mensaje de Bienvenida

Hola a todos.

Hoy vuelvo a embarcarme en un nuevo proyecto que no sé cuánto durará, pero que como siempre empiezo con ilusión. En "Pensamiento de un Loco" podrás encontrar una serie de reflexiones, teorías o cavilaciones que alguna vez pasaron por mi cabeza, y que como mínimo me gusta denominar como curisas.

Mi objetivo es dejar constancia de que hay gente que piensa, a lo mejor acerca de cosas nimias, sin importancia, pero si eres capaz de enfriar tu mente descubrirás que hay un mundo lleno de detalles ahí fuera. ¿Por qué actúa la gente de tal o cuál forma? ¿Qué hay más allá de un comportamiento rutinario de una persona? No esperes un blog científico ni nada por el estilo, sino más bien los pensamientos que pasan por la cabeza de un loco como yo en un momento determinado de su vida.

Si no has entendido mucho de lo que acabas de leer, no te preocupes porque lo importante aún está por llegar. Pasen, lean y opinen, locos y locas.